El impacto de las primeras experiencias del ser humano.
Decíamos, que los seres humanos forman los distintos aspectos de su personalidad a través de cadenas asociativas de experiencias que va acumulando a lo largo de la vida; necesariamente, esas cadenas de la vida tienen que empezar en alguna experiencia de la infancia. Comentamos que la primera gran partición, en cuanto a las experiencias que el niño tiene, es a través del placer y del dolor, las primeras asociaciones las hace partiendo de esa primera clasificación, y a partir de ahí , la mente del niño irá refinando las clasificaciones hasta ir formando todo un gran árbol, en donde las experiencias van siendo acomodadas con aquellas otras a las cuales son más afines. Cada una de las ramas del árbol representará un aspecto de la personalidad, en el cual el ser humano ya maduro, puede desenvolverse con un cierto grado de integridad psicológica.
Pero esas primeras anclas o experiencias, a las cuales fueron asociadas el resto de lo que el niño va experimentando, son proveídas en principio por los instintos heredados de su naturaleza, pero en segunda instancia, por otros heredados del inconsciente colectivo. Los valores morales y aquellos otros que a niveles intuitivos le permiten comprender al niño lo que está correcto o incorrecto, lo que va de acuerdo a su naturaleza o lo que va en contra de ella, todos ellos pertenecen al patrimonio que como raza humana se ha venido construyendo desde el principio de la existencia.